Situación real y a la sazón verídica:
YO: Tu amigo me ha dicho que soy un hijoputa.
OTRO: Sí. Es un poco burro… pero es buena persona.
Conclusión: que ser calificado de «buena persona» exime de todo mal. Da carta blanca al poseedor de tal condición para dedicarse a cometer tropelías, imprecaciones u otro tipo de cafradas.
De igual manera puede darse el caso inverso:
YO: Tu amigo me ha regalado un abrelatas.
OTRO: Sí. Es generoso… pero es mala persona.
Y digo yo ¿qué es lo que hace que uno pertenezca a la categoría de «buena persona»? ¿Qué lo diferencia de la «mala persona»? ¿Qué decide un calificativo u otro? ¿Dónde demonios está la línea?
Sé que muchos como yo opinan que eso de «buena persona» es una puta mierda pinchada en un palo así de grande. Que no sirve de nada a la hora de hablar de una persona. «¿Qué tal es fulanito?», preguntas, y te dicen «Oh, es buena persona». Pues vale. Te quedas igual. O fulanito es un gilipollas que se pisa los huevos o es retrasado mental o cualquier otra cosa. Ser buena persona no es ningún rasgo de la personalidad. Me gustaría ver a un forense o a un psiquiatra declarando en un juicio que «el acusado presenta signos de psicopatía esquizoide… pero es buena persona» o aún mejor «el acusado es perfectamente normal, distingue el bien del mal… pero es mala persona».
Una persona puede ser bastante alta, extrovertida, seca como un palo, alegre, circunspecta, cabrona, violenta, estúpida, cariñosa, sincera, dadivosa, filibustera, chapuzas, extravagante, quieta, elocuente, ruin, torticera, yuxtapuesta, ufana, indolente, optimista, preciosista, austera, salaz, divertida, falsa, generosa, humilde, jocosa, keynesiana, laica, ñoña, zoqueta, xenófoba, calculadora, víbora, bonachona, narcisista… en fin, muchas cosas. Pero nunca puede ser buena persona. Porque cuando alguien me dice que tal o cual son buenas personas, me echo a temblar.
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