Este año se conmemora el centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Fue una guerra increíblemente sangrienta que, sin embargo, ha servido de argumento a un puñado de buenas películas: Senderos de gloria, Sin novedad en el frente, La gran ilusión, Novia a la fuga… La Primera Guerra Mundial nos enseñó a los europeos una valiosa lección: había que construir armas más potentes. Así, veinte años después, estallaba la Segunda Guerra Mundial (o “Guerra Mundial, la Secuela”, como la llamaron entonces). Para muchos fue incluso mejor que la primera, como pasa con El Padrino II o Novia a la fuga 2.
Además de 20 millones de muertos, la Primera Guerra Mundial dejó algunos datos interesantes para la Historia. Concretamente dieciocho:
- Todo comenzó en Sarajevo, con el asesinato del archiduque Franz-Ferdinand a manos del ultranacionalista serbio Gavrilo Princip. Al principio la cosa no pareció grave (excepto para el archiduque y para su esposa), pero las grandes potencias necesitaban una excusa para empezar la guerra y aquello bastó. Si no hubiera sido un magnicidio, al final, habría sido otra cosa: que si los austrohúngaros se habían saltado un ceda el paso, que si los franceses había mirado a la novia de los otomanos…
- Organizar la guerra no fue fácil. Hubo papeleo y trámites burocráticos hasta última hora. Al ser una guerra internacional había que hacer pasaportes y fotos carnet para un montón de soldados. Para colmo, el zar ruso tenía bailes y cenas casi todos los días y no se ponían de acuerdo con las fechas.
- Para ser una Guerra Mundial debían participar países de todo el mundo, y no solo europeos. Así, por ejemplo, Australia se clasificó en la repesca de la liguilla entre Oceanía.y Asia.
- Las primeras batallas fueron confusas. Los británicos daban por hecho que ellos debían ser los anfitriones de la guerra y se atrincheraron en Glasgow. Los franceses no querían en su suelo combates que pudieran destrozar el paisaje, así que marcharon hacia Bélgica, donde realizaron varias escaramuzas muy exitosas, hasta que se dieron cuenta de que estaban combatiendo contra belgas desarmados y perplejos. Bismarck puso orden y ordenó a los arquitectos y albañiles que habían contratado los contendientes que empezaran a construir las trincheras en Francia.
- A principios de septiembre se celebró el primer enfrentamientos con munición real. Hubo brindis por el fair play, apretones de manos entre oficiales adversarios y sorteo para ver quién moría antes. Como anécdota cabe recordar que los británicos tuvieron que cambiar de uniforme porque se parecía demasiado al de las tropas del Eje, y los aliados franceses los bombardeaban sin querer. Aquello demoró la batalla unos días, ya que el sastre local no daba abasto cosiendo dos millones de uniformes nuevos.
- Tal como mandaba la tradición militar, los oficiales marchaban al frente del pelotón. La mayoría eran universitarios de familias acomodadas. La flor y nata de la sociedad. Por supuesto caían como moscas ante las ametralladoras y hubo que cambiar de estrategia. Desde entonces cualquiera puede ir a la guerra, aunque carezca de estudios superiores, y la baja mortalidad de universitarios ha hecho que haya una saturación en muchas carreras y, lo que es más grave, ha hecho evidente que algunas titulaciones de letras no sirven para nada..
- La Primera Guerra Mundial (o Gran Guerra) supuso un salto cualitativo en lo que se refiere a industria armamentística. Por primera vez se utilizaron aviones o gases venenosos en los combates. A ello hay que sumar el terrible hecho de que muchísimos soldados fumaban en las trincheras, provocando secuelas a los soldados fumadores pasivos y haciendo que todos los uniformes apestaran a humo.
- Hubo más ignominias: el médico militar francés Joseph Roy, durante la epidemia de gripe de 1917, llegó a la conclusión de que el “oscilococo” presente en las vísceras de algunos patos era responsable de la enfermedad. Lamentablemente tal oscilococo solo era producto de su imaginación. Sin embargo inventó el Oscillococcinum , que se sigue vendiendo como remedio homeopático.
- Durante la Navidad de 1914 se produce la famosa Tregua de Navidad. Los soldados, inflamados por el espíritu navideño, aparcan las hostilidades, salen de las trincheras e, incluso, intercambian pequeños regalos con el enemigo. Todo aquello podría haber supuesto un final magnífico a una guerra absurda. Sin embargo, uno de los improvisados partidos de fútbol amistosos que se organizaron a lo largo de todo el frente entre británicos y alemanes, acabó en tangana por culpa de un penalti no pitado y se acabó la tregua, se acabó el espíritu navideño, y los ánimos se caldearon tanto que la guerra se prolongó cuatro años más y los combates y los bombardeos se volvieron mucho más sangrientos. Los alemanes, a día de hoy, siguen muy susceptibles con el tema. “Hubo piscinazo. No fue penalti”, afirman.
- No solo hubo guerra de trincheras. También hubo grandes batallas marítimas. La marina británica demostró un dominio absoluto en los mares. No tanto en tierra firme. Los acorazados transportados a mano a Ypres sufrieron una calamitosa derrota.
- El pueblecito francés de Butte de Vauquois, cerca de Verdún, fue escenario de una de las batallas más largas de la guerra. A causa de ello hubo una sobredemanda exponencial de alojamiento para soldados de ambos bandos. Se construyó un hotel de 500.000 habitaciones, donde franceses y alemanes descansaban por las noches (desayuno incluido). Lamentablemente el boom turístico se acabó con otro boom; este de un obús de seis toneladas, que arrasó el pueblo y no dejó piedra sobre piedra.
- Algunas de las batallas más sangrientas: Somme, Verdún, Ypres… Alguna de las menos sangrientas: Disneyland París.
- En 1917 los norteamericanos descubren Europa, al entrar en guerra contra el Eje. Hasta entonces casi el 80 por ciento de los estadounidenses desconocía la existencia del legendario continente; el 20 por ciento restante lo situaba en México. Los europeos fueron agasajados con espejos y bisutería barata y cayeron rendidos a sus pies.
- Uno de los episodios más extraños de la guerra ocurrió en el frente oriental, donde austrohúngaros y otomanos combatían contra los rusos. En enero de 1918 un vigía austriaco descubre que los rusos no están; es más, parece que llevan meses ausentes. Hasta 1991, con la desintegración de la URSS, no se conoció la causa de esta desaparición misteriosa: los rusos se retiraron de la contienda en octubre de 1917 para organizar una revolución bolchevique en su país.
- Tras cuatro años de guerra, con la moral por los suelos, las tropas diezmadas, la economía hundida, la guerra se hizo insostenible. Todos los adultos aptos habían sido llamados a filas. Luego se movilizó a los no aptos, y aquello fue un despropósito y no funcionó. Más tarde se empezó a reclutar a menores de edad y, al final, la leva incluyó a cualquier ciudadano que pudiera gatear y empuñar un sonajero.
- En 1918, sin un vencedor claro, se firma un armisticio. La guerra concluye oficialmente y se procede al protocolario intercambio de camisetas y a la firma del Tratado de Versalles.
- La Primera Guerra Mundial no solo se llevó por delante la vida de millones de personas; también cambió el mapa del mundo tal como lo conocemos. Cuatro imperios se disolvieron después de la Gran Guerra: el otomano, el ruso, el austrohúngaro y el azteca, aunque este último ya venía muy tocado de antes.
- Se han escrito y dicho muchas inexactitudes, incluso barbaridades acerca de la Primera Guerra Mundial. No debemos fiarnos de todas las informaciones que circulan por internet.
Por motivos de espacio quedan fuera los 87 puntos más polémicos del Tratado de Versalles. Serán analizados y expuestos en otro momento, no les quepa duda.