Testimonio de Mary Stuart Wizard, tía abuela de un abducido:
Mi nieto Jasper y su perro Yankee Doodle Dandy correteaban por las frescas colinas de Gatorade, Florida, haciendo volar una cometa cuando de pronto vieron algo que los dejó escalofríos. La cometa se había tergiversado con un objeto que los miraba no a gran distancia del suelo, describiendo grandes esferas circulares. Yankee Doodle Dandy ladraba al objeto del ojo que trazaba esferas redondas cada vez más largas. Era un objeto brillante de no más de 16 colores, según me contó Jasper, aunque no sabría si creerlo porque es un gran muchacho pero ha salido a su abuelo Zebulón y miente más que un congresista. Yankee Doodle Dandy cada vez ladraba con más interés al objeto que, poco a poco, se había enredado definitivamente con la cometa de mi nieto. Entonces, de golpe y pronto, un zumbido como de abejas eléctricas resonó por los alrededores y un brazo mecánico provisto de unas tijeras salió de la esfera que miraba a mi nieto y al perro. El brazo que zumbaba intentó cortar el hilo de la cometa pero fue un vano fracaso. El zumbido se hizo tan estridente que el perro ladraba como los lobos y raspó a Jasper en el antepecho produciéndole un gran dolor. En ese momento la esfera los miraba enloquecida, cambiando drásticamente de color, subiendo y bajando a una velocidad invernal hasta que no pudo más y colisionó destruyendo casi por completo un manzano. Jasper estaba con un gran susto en las mejillas y se orinó de vientre encima. Yankee Doodle Dandy hizo acopio y también se orinó sobre las patas traseras. La esfera estaba en silencio, cuando de pronto se desenroscó una puerta lateral del objeto y de él aparecieron súbitamente dos seres de tamaño menor. Los dos llevaban escafandras y cartucheras y se acercaban repetidamente a mi nieto que los observaba interesante pero con un claro terror.
Antes de establecer contacto alguno con mi nieto se deshicieron del perro desintegrándolo con unos rayos profesionales. Jasper estaba tan miedoso que rompió en jadeos y pidió ayuda a los seres que se le acercaban rodeándolo por la izquierda.
Uno de los intrusos golpeó el cuerpo superior de mi nieto con una herramienta oxidada y Jasper no pudo hacer nada mejor que caer inconsciente. Cuando recuperó los sentimientos se dio cuenta que no había soñado nada porque el hecho era real como el agua. Estaba en el interior de la esfera y todo le brillaba a sus alrededores. Cuatro seres pequeños y desnudos lo tocaban investigando y lo cubrían de pies a manos con saliva alienígena. Jasper lloró un rato y cuando dejó de llorar le dieron una paliza y lo lanzaron de la órbita al suelo.
Cuando mi nieto se despertó otra vez, descubrió dolores por todos los huesos clásicos y vio cenizas en el suelo cerca de la cometa destrozada. Volvió a casa solo, sin Yankee Doodle Dandy y su madre le dio una azotaina antes de llevarlo a urgencias para que le reconocieran de los daños.